Enviado el 22/01/2013 10:29Mensajes: Usuario no registrado
NO ES SUFICIENTE SABER PARA APROBAR UNA OPOSICIÓN.
Siempre he pensado que preparar unas oposiciones se parece más a una competición deportiva que a la realización de un examen. Y por lo tanto, El opositor se acerca más a un deportista de elite que a un estudiante.
No basta con aprender muy bien unos determinados contenidos, sino que debemos redactarlos o exponerlos mejor que la mayoría de los participantes. Del mismo modo, que en una carrera no es suficiente con correr muy rápido, sino que debes hacerlo a más velocidad que tus competidores.
Todo esto resulta obvio y de sobra conocido por todos. A pesar de ello, me suelo encontrar con un importante número de opositores que se centran única y exclusivamente en aprender los contenidos de su examen, prestando poca o ninguna atención a esos otros aspectos de la preparación que sin duda, marcaran la diferencia sobre sus competidores.
¿Y cuáles son esos otros aspectos?
Continuando con el símil del deportista de elite, es fácil entender que éste además de dominar la habilidad en cuestión, debe mantener alta su motivación, contar con un adecuado plan de descanso, alimentación, sueño, etc., planificar el programa de entrenamiento para poder cumplirlo y superar los hitos que le lleven al objetivo. Por último, controlar la presión y la ansiedad que pueda aparecer en el momento de la competición, para que ésta no merme su ejecución y no reduzca sus posibilidades.
Es precisamente este último punto, el de la ansiedad ante el examen, el que puede dar al traste con nuestras aspiraciones.
A lo largo de estos años, han acudido a nosotros numerosos opositores, que teniendo un dominio más que suficiente sobre la materia, no conseguían aprobar el examen debido a la ansiedad que aparecía en el momento de “cantar” o redactar los temas, o responder a las preguntas del test.
Además, nos encontramos con que los efectos de dicha ansiedad perduran en el tiempo, y cuando el opositor se presenta a siguientes convocatorias, a pesar de que lo hace mejor preparado en lo que respecta al dominio de la materia, la ansiedad vuelve con más intensidad, deteriorando aún más su actuación.
Por todo esto, Consideramos necesaria una preparación “integral” del opositor, como si de un deportista de élite se tratase, que no sólo se centre en los aspectos más académicos de la oposición, sino que otorgue al opositor las estrategias adecuadas para manejar la tan temida ansiedad ante el examen.